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Este componente, también conocido como FAP, Filtro Anti Partículas o filtro de partículas coche, es una trampa que se ubica en el tubo de escape del motor y permite la recuperación de los residuos sólidos que quedan en las colisiones. Existen distintos tipos de filtros de partículas coche y aquí conoceremos cuáles son.
Estas partículas se acumulan hasta que en la central del vehículo determina que es hora de destruirlas. El proceso de regeneración, como se le conoce, finaliza cuando el filtro de partículas alcanza una temperatura de entre 500 y 750 grados centígrados. Esto provoca que todas las partículas se segreguen y se quemen.
Tipos de FAP
Hay dos tipos diferentes de filtros de partículas: los que requieren un aditivo y los que no.
Primero, el aditivo es necesario para bajar la temperatura de regeneración, que oscila entre 550 y 600 grados centígrados y no debe confundirse con AdBlue.
Los segundos, se colocan cerca del motor para aprovechar el calor producido por el bloque, para elevar la temperatura y evitar pérdidas por el escape. La temperatura de regeneración varía entre 650 y 750 grados centígrados.
La introducción de la norma Euro5 en vigor en 2011, hizo obligatorio el uso de los distintos tipos filtros de partículas de coche. Actualmente, todos los coches diésel están equipados con este filtro, lo que ha permitido reducir las emisiones provocadas por estos motores, y disminuir su frecuencia.
La vida media de este filtro oscila entre 80.000 y 120.000 kilómetros, u ocho años, dependiendo siempre del uso que se le dé y de la cantidad de residuos sólidos que produzca. El filtro de partículas no elimina por completo todos los residuos sólidos; más bien, algunas de estas partículas se acumulan en él y suelen taparlo por completo.
Como resultado, el motor no puede funcionar correctamente y finalmente pierde potencia, por lo que es necesario reemplazarlo. Sin embargo, la presencia de este componente es fundamental para la continuidad de la viabilidad de los automóviles diésel, en términos de emisiones en nuestras ciudades.
Limpieza de los filtros de partículas
Como es de esperarse, tiene que llegar el momento en que el filtro se encuentra obstruido totalmente con partículas y el motor dejaría de funcionar correctamente. Para evitar que esto suceda, el propio filtro realiza una especie de pirólisis, donde se queman las partículas para transformarlas en gases no dañinos.
Este procedimiento de limpieza se conoce como regeneración del filtro de partículas. Es un proceso que realiza cualquiera de los tipos de filtros de partículas. Este proceso es posible gracias a un sistema de sensores que compara los niveles de presión en la boca del tubo y el escape del filtro, para determinar cuándo se satura esta pieza.
Como resultado, la temperatura debe elevarse y las partículas deben quemarse para que el filtro se regenere. Y para hacer eso, el motor tiene que administrar más combustible, normalmente entre un 10 % y un 15 % más.
Este proceso de regeneración suele tardar entre 15 y 20 minutos. El motor no debe detenerse durante todo este proceso. Tiene que estar funcionando a una velocidad de entre 2000 y 2500 rpm, para ayudar en la calorificación de los gases.